Una fístula para hemodiálisis es una conexión creada quirúrgicamente entre una arteria y una vena en el cuerpo de un paciente.
Los accesos vasculares son la “línea de vida” que permite, a través de unas mangueras o tubos, llevar la sangre a la máquina de diálisis y limpiarla al pasar por un filtro especial llamado dializador.
Existen personas que por las características de sus venas tienen dificultad para la confección de una fístula y en ellas se utiliza una vena sintética.
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