¿Qué esperar de una hemodiálisis?
Puedes recibir hemodiálisis en un centro de diálisis, en tu hogar o en un hospital.
La frecuencia del tratamiento varía, según tu situación:
- Hemodiálisis en un centro. Muchas personas pueden recibir hemodiálisis tres veces a la semana en sesiones de 3 a 5 horas cada una.
- Hemodiálisis diaria. Esto implica sesiones más frecuentes, pero más cortas (en general realizadas en el hogar), seis o siete días por semana durante aproximadamente dos horas cada una.
Las máquinas de hemodiálisis más simples hacen que la hemodiálisis en el hogar sea menos complicada.
Por esta razón, con capacitación especial y alguien que pueda ayudarte, es posible que puedas hacer la hemodiálisis en el hogar. Incluso podrás hacer el procedimiento durante la noche mientras duermes.
Existen centros de diálisis ubicados en todo los Estados Unidos y en algunos otros países para que puedas viajar a muchas áreas y aun así recibir la hemodiálisis según el programa.
El equipo de diálisis puede ayudarte a hacer citas en otros lugares, o puedes comunicarte directamente con el centro de diálisis en tu destino. Planifica con anticipación para asegurarte de que haya lugar y se realicen los arreglos adecuados.
El procedimiento
Durante los tratamientos, te sientas o reclinas en una silla mientras tu sangre fluye a través del dializador, un filtro que actúa como un riñón artificial para limpiar tu sangre. Puedes usar el tiempo para mirar televisión o una película, leer, tomar una siesta o quizás hablar con tus “vecinos” en el centro. Si recibes hemodiálisis a la noche, puedes dormir durante el procedimiento.
- Preparación. Se verifican tu peso, presión arterial, pulso y temperatura. Se limpia la piel que cubre el sitio de acceso, el punto donde la sangre sale y luego vuelve a ingresar al cuerpo durante el tratamiento.
- Inicio. Durante la hemodiálisis, se insertan dos agujas en tu brazo a través del sitio de acceso y se pegan con cinta en el lugar para mantenerlas firmes. Cada aguja se une a un tubo de plástico flexible que se conecta a un dializador. A través de un tubo, el dializador filtra tu sangre en algunas onzas (gramos) por vez, y permite que los desechos y líquidos extras pasen de tu sangre a un líquido de limpieza llamado “dializado”. La sangre filtrada regresa a tu cuerpo a través del segundo tubo.
- Síntomas. Puedes tener náuseas y calambres abdominales a medida que el exceso de líquido se extrae de tu cuerpo, especialmente si has acumulado una cantidad considerable de líquido entre las sesiones de diálisis. Si estás incómodo durante el procedimiento, pregunta a tu equipo de atención acerca de cómo minimizar los efectos secundarios mediante el ajuste de la velocidad de la hemodiálisis, de tus medicamentos o de los líquidos de la hemodiálisis.
- Control. Ya que la presión arterial y la frecuencia cardíaca pueden fluctuar a medida que el exceso de líquidos se extrae de tu cuerpo, tu presión arterial y frecuencia cardíaca se controlarán varias veces durante cada tratamiento.
- Finalización. Una vez finalizada la hemodiálisis, se retiran las agujas del sitio de acceso y se aplica un vendaje a presión en el sitio para evitar el sangrado. También podría registrarse tu peso otra vez. Luego, puedes ir a donde quieras y retomar tus actividades cotidianas hasta la próxima sesión.
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